A escala global, Sandoz tiene un nivel de negocio cercano a los 10.000 millones de dólares y de acuerdo con el ejecutivo viene con crecimientos de 1 dígito moderado medio. En el primer semestre este año cerró con un crecimiento de 7% y espera cerrar el segundo semestre entre 8% y 9%. En Chile tiene una proyección de crecimiento al cierre de 2024 de aproximadamente el 20% y esto se viene dando por los biosimilares.
Fuente: Forbes Chile / Vanessa Arenas
Los medicamentos genéricos y biosimilares han ido ganando espacio en el mercado global farmacéutico. Se trata de productos que se fabrican una vez que el original vence su patente; en el primer caso de los productos de síntesis química y en el segundo de productos biológicos, que suponen ya el 90% del mercado total de medicamentos estadounidense y el 70% en Europa. Y si bien en América Latina todavía no alcanzan una penetración mayoritaria -en Chile suponen un 30%- estos son hoy claves para el crecimiento de la farmacéutica de origen suizo Sandoz, que produce ambos desde sus inicios y el año pasado se separó de Novartis.
“Los biosimilares son prácticamente idénticos a su producto de referencia y eso significa que el producto es tan eficaz y seguro como el original. Eso viene dado por las normas regulatorias que hay en las agencias de alta regulación como es la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que avalan los productos de Sandoz”, explica Diego Albuixech, el hombre frente al clúster Sur y Andino de la compañía, que comprende: Chile, Ecuador, Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú y Colombia.
Según el ejecutivo, Chile es justamente el primer país en comercialización -y el tercero en Latinoamérica- de los medicamentos genéricos y biosimilares que produce esta farmacéutica.
Sandoz tiene un portafolio mundial de 11 biosimilares y 1.500 genéricos -que representan el 80% de todas las moléculas existentes en el mundo-; y quiere llegar a los 25 biosimilares en los próximos años. En Chile ofrece 5 biosimilares y 75 genéricos disponibles.
A escala global, Sandoz tiene un nivel de negocio cercano a los 10.000 millones de dólares -en ventas- y de acuerdo con el ejecutivo viene con crecimientos de 1 dígito moderado medio. En el primer semestre este año cerró con un crecimiento de 7% y espera cerrar el segundo semestre entre 8% y 9%. En Chile, sin embargo, su crecimiento potencial es mucho mayor y la compañía tiene una proyección de crecimiento al cierre de 2024 de aproximadamente el 20%. Esto se viene dando por los biosimilares.
En el país estos medicamentos están dirigidos a cuatro áreas terapéuticas: oncología y oncohematología, inmunología, endocrinología y trasplantes. “Entre los hitos que hemos logrado, en endocrinología pediátrica con la hormona de crecimiento, somos líderes en Chile. En oncología y oncohematología tenemos cuatro productos y la idea es poder seguir complementando estas áreas con nuevos, ya sea biosimilares o de síntesis química. La idea es incursionar en diabetes y metabolismo, que ya estamos lanzando productos”, detalla el ejecutivo.
También cuenta que en la Ley Ricarte Soto chilena, que crea Sistema de Protección Financiera para 27 tratamientos de alto costo, considera la cobertura de dos moléculas para la artritis reumatoide, psoriasis y otras especialidades; y para esas enfermedades cuentan con dos medicamentos.
“Como está armado el sistema público en Chile, los biosimilares sólo se le empiezan a indicar a pacientes nuevos, no a pacientes que ya vienen de tratamiento con la molécula innovadora, esos mantienen sus medicamentos y eso hace que se retrase la incorporación de los biosimilares. Estos juegan un papel muy importante porque cuando entra al sistema, el precio baja y hace que con el mismo presupuesto se pueda atender mayor cantidad de pacientes”, señala Albuixech.
Por ejemplo, añade, una molécula para el cáncer de mama -una de los principales causantes de muerte para la población femenina chilena- podría representar el ahorro de 21.000 millones de dólares al año para el Estado y una mayor cantidad de pacientes tratados, “porque la Ley Ricarte Soto tiene un presupuesto que es limitado”.
Para Albuixech, quien tiene 12 años en Sandoz, los biosimilares generan sustentabilidad al sistema de salud, debido a que la población está viviendo más y los tratamientos que antes eran terminales pasan a ser crónicos. “Hoy los sistemas de salud no son sustentables, por lo cual las medicaciones están tendiendo a ser biológicas porque son la cura a las enfermedades que tenemos”, refiere.
Hay una presión en el mercado de los medicamentos genéricos y tiene que ver con el precio y la competencia con Asia. Muchos laboratorios han dejado de fabricar estos medicamentos en Europa y Estados Unidos.
Al respecto, el ejecutivo opina que esto tiene que ver también con calidad. “Hoy pasa que algunos medicamentos tienen precios tan bajos y por debajo de los nuestros costos, que como compañía te hacen dudar si tienen los estándares de calidad, por lo que hay una situación de mercado que hay compañías que prefieran retirarse porque no es posible competir con esas otras que mayormente son de India o China. Y sí, a veces se prioriza el precio que la calidad. Tiene que haber un equilibrio”.
A principios de los 2000 Sandoz se fusiona y forma Novartis, es decir, fue originaria de la compañía de la que se separó Novartis. En el 2003 se genera la división de genéricos y biosimilares dentro del grupo Novartis y esta le correspondía a Sandoz.
“Sandoz siempre fue una farmacéutica de genéricos y biosimilares y sigue siendo el objetivo, ser líder en estos medicamentos, y ser independiente ayuda a cumplir este propósito. Se separaron porque Novartis era mas de innovación y la junta decidió que por separado valían mas”, explica.
A escala global, hay 23.000 personas trabajando en esta farmacéutica, en el cluster andino son 110 y en Chile la conforman 45 personas.