Pese a que los tiempos promedio de espera han bajado, la cantidad de prestaciones sigue creciendo y expertos aseguran que se tardará varios años en lograr reducirla.
Fuente / Max Chávez – El Mercurio
Desde que disminuyera la demanda por covid-19 en los centros asistenciales, el sistema sanitario se ha enfocado en lograr atender al flujo habitual de patologías que afectan al país, sumado a los miles de pacientes que se vieron postergados durante la pandemia. Es lo que muchos han llamado una segunda pandemia.
Es que los dos años más intensos de cuarentenas generaron que la resolución de listas de espera se transforme en uno de los grandes retos para el Gobierno, que destinó cerca de $60 mil millones en el presupuesto de este año para esta materia.
Sin embargo, según cifras del propio Ministerio de Salud, a junio de este año el número de prestaciones en lista de espera había seguido en aumento, tal como lo venía haciendo durante los últimos años, y alcanzó la mayor cifra histórica: 2.686.299.
Felipe Rodríguez (37) es uno de los millones de pacientes del sector público que espera por una atención: »En el hospital me dijeron que probablemente tengo un problema en la tiroides, por lo que me derivaron a un especialista, pero ya llevo esperando más de dos meses, y nada aún. He estado mirando en clínicas, pero no es barato», asegura.
Para tener un punto de comparación, en diciembre de 2021 la cifra alcanzaba los 2,3 millones, un número que ya batía todos los registros, mientras que a diciembre de 2022 eran 2,5 millones (ver infografía).
Del total de retrasos registrados a junio de este año, 2,3 millones correspondían a consultas médicas de especialidad, que aumentaron en más de 217 mil en comparación a mismo mes del año pasado.
Algo similar sucedió con las garantías GES retrasadas, que pasaron de 67.432 a 70.217 en el último año. Solo en las intervenciones quirúrgicas se notó una leve caída en comparación a junio de 2022, pasando de 332 mil a 315 mil. Pero si se compara a marzo de este año, hubo un alza de casi 14 mil intervenciones.
Labor conjunta
Victoria Beaumont, directora ejecutiva de Fundación Politopedia, señala que »al comparar los datos de listas de espera de marzo y junio de este año, parece que nos estamos acostumbrando a que nuestro sistema de salud tenga esperas prolongadas».
Respecto de por qué los retrasos se mantienen al alza, dice que »se insiste en utilizar a toda costa la capacidad de la red pública y la producción no ha crecido a la velocidad necesaria. En el GES eso es grave, porque se han creado estrategias para alargar las esperas más allá de lo estipulado en la ley. Es una decisión política, o bien las platas necesarias no están».
Con todo, el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, destaca que si bien »tenemos más personas y casos esperando, el promedio de espera ha bajado». Pese a que pueda sonar contradictorio, efectivamente el sistema ha logrado reducir los tiempos de espera para acceder a una atención. Por ejemplo, a junio de este año el tiempo promedio de espera para una intervención quirúrgica es de 484 días, 116 menos que en junio de 2022. En tanto, para una consulta de especialidad, es de 386 días, casi 100 jornadas menos que lo que se esperaba a junio del año pasado. En parte, esto se ha logrado porque se prioriza la resolución de los pacientes que llevan más tiempo aguardando.
Manuel Inostroza, exsuperintendente de Salud y académico de la U. Andrés Bello, asegura que »la actividad pública no va a ser suficiente para rebajar el número de lista de espera. Si junto con bajar los tiempos promedios queremos bajar el número de personas que están en lista de espera, ante el enorme shock de la pandemia, se requiere la ayuda del sector privado».
Esto ya que, según plantea, »los aumentos de productividad tienen que ser sostenidos por un buen tiempo. Se necesitan dos o tres años de productividad constantemente alta para que la lista de espera no baje solamente en tiempos de espera, sino que en número».
Pese a la crítica de los expertos, el subsecretario Salgado resalta que parte de las estrategias que se han implementado el último año es la habilitación de »20 quirófanos, cirugías en horario no institucional y que se han hecho compras al sector privado», por un total de 7.293 cirugías no GES y 4.925 en espera GES.
Además, adelanta que se está conversando la necesidad de considerar presupuestos anuales para lista de espera para dar sostenibilidad a estas estrategias, »manteniendo tiempos de espera socialmente aceptables con una planificación adecuada. Esta planificación no solo para el sistema público, sino también para el privado. Porque la señal que queremos dar es que el sector privado tiene un espacio de resolución y que va a haber presupuesto para la compra de esas prestaciones y no que aparezca de un mes a otro. Los privados van a agradecer una planificación de esas características».